Superinteligencia Artificial: El camino a lo desconocido
¡LLEGA LA REVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL! Pero, ¿qué es la Inteligencia Artificial y cuántos tipos hay? ¿Hasta dónde llega hoy su desarrollo?
Superinteligencia Artificial
2ª Parte
El camino a lo desconocido
Después de leer la parte inicial de este artículo («Una profecía anunciada«), quizás te haya picado la curiosidad con el tema del avance acelerado del progreso humano, una aceleración capaz de hacer PUPA (o sea, que Palma Uno Por Asustarse) cada vez más rápido en cada revolución. O quizá, simplemente, estés cada vez más sorprendido y flipándolo en Technicolor.
El gran Lebowski. La misma cara que ponía yo según iba profundizando en el tema de la IA.
Así me pasó a mí, según iba leyendo el artículo escrito por Tim Urban titulado “The AI Revolution: The Road to Superintelligence” (La Revolución de la Inteligencia Artificial: El camino a la Superinteligencia) en su blog Wait But Why. Como, además, el tema es muy extenso, intentaremos continuar sin perdernos demasiado. Ahora vamos a ver qué ocurre cuando aplicamos la Ley de Rendimientos Acelerados a la Inteligencia Artificial. Pero, primero habrá que tener claro…
¿Qué es la Inteligencia Artificial?
La Inteligencia Artificial (IA) es un concepto que:
- Aparece en películas y videojuegos. Desde clásicos como Metrópolis, 2001 Odisea en el Espacio, a Star Wars, Terminator y Matrix en el mundo de Hollywood, hasta la malvada computadora GlaDOS de Portal. Así, la cultura popular ha hecho que asociemos la IA a la ficción y el entretenimiento.

GlaDOS. La IA del videojuego Portal, meneándose «pa to» los laDOS
- Es muy amplio. Desde una calculadora programable, pasando por el ajedrez del ordenador, las Nintendo Game & Watch o el veterano Pac-Man, hasta los futuros coches autónomos de Google que conducen ellos solos, todos pueden ser una IA, es decir, que está muy diversificada.
- Es omnipresente. Está por todos lados. Si te fijas, ahora mismo estás rodeado de mucha más IA de la que tú mismo te habías dado cuenta: El asistente de voz de tu móvil, “OK Google” o “Siri”, son un software de IA. No tiene por qué haber un robot corpóreo, es su alma, el software que lleva dentro, lo que constituye la IA.
Tipos de Inteligencia Artificial
Una forma de clasificarla podría ser en función de su tamaño, y también respecto a la Inteligencia Natural Humana (INH).
Simplificando al máximo, se podría decir que hay tres tipos de Inteligencia Artificial: menor, igual o mayor que la humana. Es decir:
- PEQUEÑA: Inteligencia Artificial Débil (IAD) o Limitada. Sería aquella que hace muy bien una tarea, pero solo esa tarea y punto. El mejor jugador del mundo de ajedrez es IAD, pero si le preguntamos que cuántos son dos más dos: no sabe, no contesta. Se considera una inteligencia artificial menor que la humana:
IAD < INH
- MEDIANA: Inteligencia Artificial Humana (IAH) o General. Sería aquella capaz de realizar todas las tareas de las que es capaz un ser humano en plena posesión de sus facultades. La IAH sería capaz de razonar, planificar, solucionar problemas, comprender ideas complejas, tener pensamientos abstractos y aprender de la experiencia. Se considera una inteligencia artificial igual que la humana:
IAH = INH
- GRANDE: Superinteligencia Artificial (SIA). Sería aquella capaz de realizar MEJOR y MÁS RÁPIDO todas las tareas de las que es capaz un ser humano en plena posesión de sus facultades; ADEMÁS DE OTRAS TAREAS QUE UN HUMANO ES INCAPAZ DE REALIZAR en todos los aspectos posibles. La SIA podría ser, desde un ordenador un pelín más inteligente que un humano, hasta otro que lo es billones de veces más, y de ahí hasta que te alcance la imaginación. Se considera una Inteligencia Artificial mayor que la humana:
SIA > INH
Superinteligencia, hiperinteligencia, o inteligencia sobrehumana se refiere a una inteligencia muy por encima de genios y las mentes humanas más dotadas.
¿Cuál es el «estado del arte» de la Inteligencia Artificial?
Actualmente, la humanidad ha llegado hasta la Inteligencia Artificial Débil, el nivel más básico, que realiza una única tarea, pero mucho mejor que la mente humana. ¿No te habías dado cuenta? La IAD está por todas partes:
- En los sistemas de seguridad de tu coche, desde el ABS hasta el cambio de marchas, start-stop, asistentes de aparcamiento, e incluso, conducción autónoma.
- En las Apps de los móviles. Para escuchar una canción, elegir la mejor ruta con un mapa o autocorregir un texto escrito sin levantar el dedo del teclado, el traductor de Google.
- En el correo electrónico, el filtro de spam que se encarga de distinguir los correos deseables de la basura en función de los parámetros que le vayas asignando.
- En Amazon, ¿te has fijado en esos artículos que te recomiendan insistentemente en base a tus anteriores compras?
- En YouTube, la sección “recomendado para ti”.
- En AlphaGo, el mejor jugador de Go, ese legendario juego de tablero con, posiblemente, el más elevado nivel de estrategia.

AlphaGo. El programa de Google DeepMind venció a Lee Sedol jugando al Go, el ancestral juego de tablero considerado bastante más difícil que el ajedrez.
Y muchos más ejemplos de nuestro día a día, desde el motor de búsqueda de Google o el sistema de Facebook para ofrecerte noticias de tu interés y multitud de IAD en miles de campos, cada una desempeñando una función en particular en el entorno científico, industrial, militar, o incluso financiero ¿a quién no se le ha ocurrido la idea de programar una aplicación para predecir el comportamiento de la Bolsa y ganarse fácilmente unos millones de Euros?
Afortunadamente, tal y como funciona ahora la IAD, no supone un riesgo para la supervivencia de la humanidad. En el peor de los casos, si una IAD se estropease, una ciudad se quedaría sin luz o los sistemas de seguridad de un edificio se desactivarían.
Una anécdota es el Flash Crash que se produjo en Mayo de 2010, cuando falló una IAD y provocó la caída de la bolsa en unos 1000 puntos Dow Jones, aunque se solucionó en cuestión de minutos.

Beavis y Butt-Head alucinan en colores ante la inesperada filantropía de un cajero automático ¿afectado por el Flash Crash?
Cada pequeño avance realizado para optimizar la IAD nos acerca al objetivo de desarrollar una Inteligencia Artificial Humana, incluso aunque cada pasito que se dé sea diminuto.
¿Se puede construir una Inteligencia Artificial Humana?
La realidad es que llegar a la IAH es algo increíblemente complicado. La Madre Naturaleza hizo un buen trabajo desarrollando el cerebro y optimizándolo durante millones de años de evolución. Aunque un ordenador puede llevar a cabo complicadas tareas de cálculo a gran velocidad, es incapaz de entender un concepto sencillo y que para nosotros no supone ningún problema.
Por ejemplo, ¿alguna vez has resuelto un captcha? Hasta ahora, los ordenadores (al tener Inteligencia Artificial Débil) no pueden, y eso es precisamente lo que se utiliza para filtrar y distinguir a los humanos reales de los robots, programas automatizados que rastrean internet intentando infiltrarse con vete tú a saber qué oscuras intenciones.

Ejemplos de captchas. No, no son guaperas con musculitos, sino esos acertijos que te piden en internet para comprobar que no eres un robot.

El servicio reCAPTCHA de Google. Una tecnología diseñada para mejorar los captcha tradicionales que empiezan a ser resueltos por programas de reconocimiento más potentes.
Para poder lograr una Inteligencia Artificial Humana, necesitaremos que la máquina tenga la misma potencia que un cerebro humano. Para medirlo, emplearemos un parámetro característico de los ordenadores, el número de cálculos por segundo (cps) que, como su nombre indica, es el número de cálculos que puede efectuar una máquina en la unidad de tiempo. Se estima que el cerebro humano medio podría llegar a unos 1016 cps (sí, un uno y dieciséis ceros: 10.000.000.000.000.000), y lo curioso es que ya hay un superordenador que sobrepasa esta cantidad, el Tianhe-2, en China, que llega a los 4,6 ·1016 cps.

El Thianhe-2 es el superordenador más rápido del mundo. Desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa de China (NUDT) y la empresa china Inspur, está ubicado en el Centro Nacional de Supercomputación en Guangzho (NSCC-GZ), República Popular China. Molasaber.com
Semejante terror tecnológico que han construido engendro electrónico ocupa más de 700 m2 y llega a los 24 MW (es decir, 24.000.000 W, así que compáralo con un ordenador de escritorio que tiene unos 600 W o con el cerebro humano que tan solo llega a los 20 W). Además, cuesta cerca de… ¡400 millones de dólares!

Dr. Maligno. ¿Financiaría su propia IA para luchar contra Austin Powers?
Ley de Moore
En 1965 se observó que el número de transistores que caben en un circuito integrado se duplica, aproximadamente, cada 18 meses. Esta es la Ley de Moore, que continúa vigente hasta la fecha y, si la combinamos con la Ley de los Rendimientos Acelerados, predice que, para el año 2025, se tendrá la potencia computacional necesaria para poder construir una IAH.

La potencia de los ordenadores crece exponencialmente. El siglo XX frente al siglo XXI, según Ray Kurzweil y Kurzweil Technologies, Inc.
Pero, como decían los de aquella famosa marca de neumáticos: la potencia sin control no sirve de nada.

¿Correr «pa na»? Es tontería. Es como acoplarle a una bicicleta el reactor de un avión: ¡se masca la tragedia!
¿Cómo hacer inteligente a un cerebro artificial?
He aquí el quid de la cuestión. La parte más complicada. En realidad, nadie sabe qué hay que hacer para que se vuelva inteligente. Sin embargo, hay tres caminos que podrían ser los más factibles:
1.- Copiar y Pegar… ¡el cerebro humano!
Cuando se trataban de inventar los aviones, desde Leonardo da Vinci hasta los hermanos Wright, muchos tomaron de referencia a las aves, seres voladores naturales, para construir sus máquinas artificiales a imagen y semejanza. Copiar a la naturaleza es un punto de partida. ¿Y si copiamos el diseño del cerebro humano, tal cual, con todas y cada una de sus conexiones neuronales, y lo pegamos a un ordenador para que sea capaz de efectuar una simulación análoga a la mente humana? Los expertos creen que se podría conseguir en el año 2030.
Una vez esté preparado el ordenador con el modelo cerebral implementado, se tendría una red de transistores interconectados unos con otros, a modo de neuronas. Al igual que un humano recién nacido, al principio no sabría hacer nada, pero a base de ensayo y error, podría ir aprendiendo.
Si los ingenieros que construyen el modelo del cerebro humano lo hacen a la perfección y trasladan cada uno de los detalles de la red neuronal, serán capaces de desarrollar una simulación de un cerebro con su propia personalidad, sus propios pensamientos y recuerdos. Así, si el cerebro original tomado como modelo a copiar, perteneciese a una persona llamada X, el ordenador que tiene implementado el modelo despertaría llamándose X. Si esto fuera así, se crearían una serie de conflictos filosóficos: ¿qué somos nosotros mismos? ¿estamos constituidos por nuestros recuerdos? ¿es nuestra mente una base de datos de recuerdos? ¿existe el alma?
Aunque parezca mentira, en la actualidad, se ha logrado modelar el cerebro… ¡de un gusano con 302 neuronas! Pero aún se está muy lejos de modelar las 1014 neuronas (100.000.000.000.000 neuronas) que tiene el cerebro humano, aunque ¡por algo se empieza!
2.- Selección artificial
Sería el equivalente a estar en un examen en el que nos queremos copiar de alguien, pero esa persona no nos dejara copiar su examen. Y, ya que no podemos copiar sus respuestas, ¿qué tal si copiamos su método de estudio?
Se trata de emplear el método de la selección natural para dar lugar a nuestro cerebro, pero aplicado a un cerebro artificial. Partiendo de s un grupo de ordenadores más o menos extenso con un código correspondiente a la simulación del cerebro, se le somete a un proceso que determinaría si este código es válido o no. Si lo es, entonces el ordenador en cuestión sigue adelante, si no lo es, se elimina. Para la siguiente generación, se mezcla el código antiguo con uno nuevo (como una mutación) y se repite el anterior proceso, siempre dirigido a aumentar el grado de inteligencia. Al final, se debería automatizar este proceso reiterativo y llegar a obtener la simulación perfecta.
3.- Que la máquina se busque la vida
Se trataría de construir un ordenador que se auto-programe él solo. Tendría únicamente dos habilidades: buscar información sobre Inteligencia Artificial y reprogramarse con las mejoras que encuentre.

Emilio Aragón Bill Gates en 1983. El fundador de Microsoft ¿ha sido siempre tan inteligente como vago?
Siempre escogeré a un vago para hacer un trabajo difícil, porque encontrará una manera sencilla de hacerlo.
Bill Gates
De esta manera, se optimizaría al máximo de manera automática. Aunque parece una solución para vagos, es posible que sea la que proporcione los resultados más prometedores.
La espera de la llegada de la SIA
Es cierto, estamos en 2016 y, todavía, los coches no vuelan. Pero, la venida de la SIA nos va a requerir menos paciencia de la que podríamos suponer. Pero, ¿por qué mantiene tan alerta a reputados expertos y venerables científicos? La respuesta a todo esto y mucho más en la 3ª y última Parte de este artículo: El adviento de la revolución.