EL ENGANCHE: Tercera Parte (y 3/3)
Tercera y última parte del relato EL ENGANCHE, con el que KrakenByte ha participado en la convocatoria Visiones 2015 de la AEFCFT (Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror). 📖
Una noche oscura. Una central eléctrica. Un camión con un remolque. Un caso imposible. Un reto para un veterano Inspector de la policía.
¿Te gustó la primera parte del relato? ¿y la segunda?Ahora puedes leer la conclusión del relato con la tercera y última parte:
EL ENGANCHE
Tercera Parte
Oscuridad. Una náusea desagradable que casi le hace vomitar. Mareo. Desorientación. Vértigo. Eva no se sentía bien, pero se encontraba «¡Viva! Sí, estoy viva —pensó— pero…¿qué ha pasado?»
El hombre musculoso seguía inmovilizandole los brazos, ferreamente, como antes de la… ¿explosión?
—¡Lo hemos logrado! —Gritó Vladik entusiasmado mientras accionaba algo en su reloj y la luz rojiza que les envolvía cambió a una tonalidad más fría.
—No lo dudé ni un momento —añadió Hassan—, pero ahora tenemos compañía —y agitó a Eva entre sus brazos.
—¡Maldita entrometida! Casi nos lo estropeas todo —se quejó de nuevo Hassan—, pero la culpa es nuestra por no haberla neutralizado antes. Estate quieta y no te muevas —ordenó bruscamente, mientras rebuscaba algo en la bolsa de deporte.
Eva quería chillar con toda su alma pero todavía continuaba muda del susto. Apenas era capaz de no echarse a llorar por el cúmulo de emociones. Pensaba que se iba a desmayar pero su instinto de supervivencia era más fuerte y le mantenía alerta.
Eva quería chillar con toda su alma pero todavía continuaba muda del susto. Apenas era capaz de no echarse a llorar por el cúmulo de emociones.
Mientras el calvo forzudo ataba sus pies y manos se fijó en que, por la pared transparente del habitáculo donde estaba, podía ver una luz brillante. En un primer momento, supuso que era una de las farolas de la calle de al lado del trafo principal, aunque luego se dio cuenta de que era el sol, que iluminaba con sus rayos un nuevo amanecer. Pero, pensó Eva, ¿cómo iba a estar amaneciendo si no eran ni las cuatro de la mañana? Algo no le cuadraba. ¿Se habría dormido? No, había estado totalmente despierta y no se había desmayado, de eso estaba segura: demasiada adrenalina.
En cuanto terminó de inmovilizarla, Hassan le colocó una mordaza a Eva para que no hablara. Ella movió su cabeza hacia el otro lado y miró de nuevo al exterior. El cielo azul estaba ahí con sus pequeñas nubes y todo, aunque ¿no eran algo extrañas? Quizás demasiado pequeñas. Y ¿no era muy oscuro el cielo? Algo volaba detrás de una nube. Era un globo, o una cometa quizás, con la misma silueta que… ¿Japón? Entonces, su cerebro volvió a procesarlo todo de nuevo y fue cuando se dio cuenta: ¡Eso no era el cielo, era el mar!
Entonces, su cerebro volvió a procesarlo todo de nuevo y fue cuando se dio cuenta…
El corazón le dio un vuelco. Aunque desde su posición sólo alcanzaba a ver una parte, reconoció el perfil que tantas veces había visto en fotos, y cada noche en el programa del tiempo. No había duda. Era el arco característico del planeta Tierra. Y a su alrededor, envolviéndolo todo, la infinita oscuridad del espacio.
¿Fin?
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